Cómo funciona el modelo Flipped Classroom y por qué mejora los resultados
El modelo flipped classroom ha dejado de ser una rareza pedagógica para convertirse en una herramienta estratégica en formación corporativa. Lo que empezó como una solución para estudiantes que no podían asistir a clase, hoy se aplica con éxito en programas de onboarding, formación continua y desarrollo de talento. Su funcionamiento es sencillo: las personas aprenden mejor cuando aplican lo que ya han explorado por su cuenta.
En lugar de dedicar las sesiones presenciales a explicar teoría, el enfoque flipped libera ese tiempo para lo que importa, como puede ser resolver casos, practicar habilidades, trabajar en equipo y compartir experiencias. De este modo, los contenidos se estudian antes de la sesión, a ritmo propio, y el tiempo en grupo se convierte en un espacio activo, útil y con propósito.
En seQura escuchamos a quienes lidian con los desafíos de formar, motivar y retener talento en sus equipos. Por eso, compartimos contigo cómo funciona el modelo flipped classroom, qué ventajas tiene y cómo puedes aplicarlo paso a paso en tu organización, incluso si nunca antes has utilizado este enfoque.
¿Qué es el modelo Flipped Classroom?
El modelo flipped classroom, también conocido como aula invertida, propone una idea simple: los contenidos teóricos se trabajan fuera del aula y el tiempo presencial se dedica a ponerlos en práctica. En lugar de recibir la lección en directo y después hacer ejercicios en casa, las personas acceden previamente a vídeos, lecturas o recursos interactivos, y luego aplican ese conocimiento en sesiones prácticas.
Esta metodología nació en el ámbito educativo, pero ha demostrado ser útil en contextos de formación profesional. Permite adaptar los tiempos, personalizar el aprendizaje y sacar el máximo partido a cada encuentro presencial o virtual. Por eso cada vez más empresas están incorporando este modelo en programas de formación de equipos, entrenamientos comerciales o planes de desarrollo de liderazgo.
La metodología flipped classroom se centra en el aprendizaje activo, la autonomía de quien aprende y la mejora de la experiencia formativa. En lugar de limitarse a memorizar, las personas entienden, experimentan, debaten y construyen soluciones en grupo. En un entorno como el actual, donde el tiempo es escaso y las expectativas altas, este enfoque permite formaciones más dinámicas, prácticas y eficaces.
¿Cómo funciona una Flipped Classroom paso a paso?
La metodología flipped classroom se estructura en fases claras que facilitan su implementación, tanto en centros de formación como en empresas. Entender cómo funciona el flipped classroom permite aplicarlo de forma efectiva, incluso sin grandes recursos técnicos.
Estos son los pasos clave:
- Planificación de contenidos y objetivos. Se definen los temas a tratar, las competencias a desarrollar y los formatos de trabajo. En entornos corporativos, esto puede aplicarse a formaciones en ventas, liderazgo o producto, alineando los objetivos de aprendizaje con los resultados esperados.
- Creación o selección de recursos digitales. Se preparan vídeos breves, lecturas, presentaciones interactivas o simulaciones. Estos materiales se envían antes de la sesión presencial. No hace falta una gran producción: lo importante es que sean claros y útiles para quien aprende.
- Estudio individual previo. Cada participante accede a los contenidos cuando mejor le convenga, repite si lo necesita y prepara dudas. Este enfoque facilita el aprendizaje autónomo y libera a la sesión presencial de explicar lo que se puede comprender en solitario.
- Verificación de la comprensión. Antes de empezar la parte práctica, se puede lanzar un test breve, una encuesta rápida o un ejercicio tipo quiz para saber si el grupo está preparado. Esto permite ajustar la sesión y no perder tiempo en repasar lo ya comprendido.
- Trabajo colaborativo en la sesión. El tiempo compartido se usa para resolver retos, compartir ideas, aplicar lo aprendido a casos reales o simular situaciones. Por ejemplo, en una formación comercial, los equipos pueden trabajar en la defensa de propuestas ante distintos perfiles de cliente.
- Resolución de dudas y refuerzo. Durante la sesión, se aclaran conceptos, se matizan errores y se ajustan ideas. El formador actúa como facilitador, guiando el debate o el trabajo en grupo.
- Seguimiento y retroalimentación. Se cierra el ciclo con una evaluación práctica o una devolución personalizada. En contextos empresariales, esto puede traducirse en la elaboración de un entregable, la grabación de una presentación o un feedback uno a uno.
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Ventajas y desventajas del modelo Flipped
Aplicar el modelo flipped classroom en contextos de formación corporativa tiene un impacto directo en la calidad del aprendizaje, la motivación del equipo y la eficiencia del tiempo formativo. Pero, como toda metodología, también presenta limitaciones. Veamos las características del flipped classroom más relevantes para decidir si encaja en tu organización.
Ventajas
- Mayor implicación y autonomía. Las personas aprenden a su ritmo y llegan a las sesiones con una base mínima común. Esto fomenta la responsabilidad individual y la participación activa.
- Mejor uso del tiempo presencial. En lugar de dedicar la sesión a transmitir teoría, se aprovecha para aplicar lo aprendido, resolver dudas reales o abordar casos prácticos del negocio.
- Mejora del rendimiento y la retención. Al combinar estudio previo con práctica en grupo, se consolidan mejor los contenidos. En nuestro caso, los participantes recordaban más y aplicaban antes lo aprendido.
- Facilidad para personalizar la formación. Al conocer los resultados de los tests previos, puedes adaptar la sesión a los puntos débiles del grupo. Así se evita repetir lo que ya se sabe.
- Compatible con otras metodologías activas. Cuando se combina con enfoques como la gamificación en la educación, el resultado es aún más potente. Favorece la motivación y convierte la formación en una experiencia atractiva.
Inconvenientes
- Necesidad de autodisciplina. Requiere que los participantes vean los contenidos previos por su cuenta. Si no lo hacen, llegan a la sesión sin preparación y no se aprovecha igual.
- Desigual acceso a la tecnología. Aunque hoy la mayoría tiene conexión y dispositivos, puede haber brechas. Es importante ofrecer materiales ligeros y multiplataforma.
- Mayor trabajo inicial para quien diseña la formación. Preparar materiales previos y diseñar dinámicas prácticas lleva más tiempo al principio. La ventaja es que luego se reutilizan con facilidad.
- Resistencia al cambio. Algunas personas prefieren el formato tradicional. Conviene explicar el porqué del cambio y mostrar los beneficios desde el primer momento.
Ejemplos de Flipped Classroom
Una de las preguntas más habituales es cómo hacer una flipped classroom sin complicarse. La clave está en empezar con un solo módulo, seleccionar bien los materiales previos y diseñar una sesión en la que el grupo tenga que pensar, decidir o resolver algo concreto.
Estos son algunos ejemplos de flipped classroom aplicados a formación corporativa:
- Formación comercial: entrenamiento práctico. Antes de una sesión presencial, se envía un vídeo de 6 minutos explicando las objeciones más comunes en ventas y cómo rebatirlas. Los participantes llegan a la sala con las ideas básicas claras y preparan, por grupos, respuestas adaptadas a distintos tipos de cliente. Después se hacen simulaciones y se evalúa el enfoque más eficaz.
- Onboarding de nuevas incorporaciones. Los nuevos miembros del equipo reciben una presentación animada y un documento interactivo sobre la historia, valores y estructura de la empresa. En la sesión presencial, se resuelven dudas y se les propone una dinámica donde tienen que diseñar una acción que refleje esos valores en su trabajo diario.
- Formación en habilidades blandas. Para una formación en comunicación, los participantes ven previamente tres vídeos breves con situaciones mal gestionadas. En la sesión, analizan los fallos y proponen formas alternativas de actuar. Luego simulan conversaciones difíciles aplicando lo aprendido. Esta dinámica acelera el aprendizaje y genera conversaciones muy ricas.
La metodología flipped resulta muy potente cuando se combina con las ventajas del e-learning, ya que permite mantener la flexibilidad y escalar la formación sin renunciar a la parte práctica.
Herramientas y recursos para aplicar Flipped Classroom
Para aplicar la metodología flipped classroom en formación profesional o empresarial no hace falta complicarse. Lo esencial es contar con herramientas que permitan compartir contenidos de forma ágil y faciliten las dinámicas participativas en las sesiones. Muchas empresas utilizan plataformas como Google Classroom o Moodle para organizar el material previo, enviar tareas y mantener la comunicación con los equipos. También Edmodo es una opción práctica y ligera cuando se necesita una solución rápida o se trabaja con grupos pequeños.
A la hora de crear contenidos, lo más recomendable es apostar por herramientas sencillas y accesibles. Con Edpuzzle, por ejemplo, puedes añadir preguntas dentro de un vídeo, lo que te permite comprobar la comprensión de los conceptos antes de la sesión. Panopto resulta útil para grabar explicaciones personalizadas con voz, pantalla y presentación, mientras que plataformas como Canva o Moovly ayudan a generar materiales visuales atractivos en poco tiempo, sin necesidad de experiencia técnica.
Para las dinámicas en directo, herramientas como Socrative o Kahoot permiten lanzar cuestionarios y obtener respuestas en tiempo real, generando ritmo y participación desde el primer minuto. Y si quieres que el grupo trabaje de forma colaborativa, puedes apoyarte en pizarras digitales como Miro o Jamboard, que funcionan bien tanto en remoto como en presencial.
Desde la experiencia, lo más eficaz es empezar por una unidad pequeña, elegir contenidos claros (mejor vídeos breves y directos que largas grabaciones) y asegurarse de que el tiempo en grupo sirva para aplicar lo aprendido. Cuando las personas sienten que ese rato les aporta valor real, el modelo flipped classroom empieza a funcionar por sí solo.
¿Es efectiva la Flipped Classroom?
El modelo flipped classroom ha demostrado ser eficaz tanto en contextos educativos como en entornos de formación profesional. Su estructura favorece una mayor implicación por parte de quienes aprenden, porque no solo reciben información, sino que se ven impulsados a interpretarla, aplicarla y discutirla con otras personas. Esto cambia la actitud frente al aprendizaje: ya no se trata de asistir a una clase, sino de llegar preparado para resolver, aportar y construir en equipo.
En formaciones internas, este enfoque mejora la retención y acelera la aplicación práctica de los contenidos. Los participantes recuerdan más, hacen más preguntas y proponen soluciones con más soltura. Además, el modelo permite personalizar la experiencia: si alguien no ha comprendido bien la parte teórica, puede repasar el vídeo antes de la siguiente sesión. Y si ya lo tiene claro, no pierde tiempo escuchando explicaciones repetidas.
Los estudios avalan esta percepción. Investigaciones recientes muestran que el modelo flipped classroom no solo mejora el rendimiento, sino también la motivación, la satisfacción y la participación activa. Las personas sienten que aprovechan mejor su tiempo y que el aprendizaje está más conectado con su trabajo diario. Por eso cada vez más organizaciones están integrando esta metodología en sus programas formativos.
Como cualquier cambio, requiere un pequeño esfuerzo inicial: preparar buenos materiales, estructurar las sesiones y explicar bien la dinámica. Pero una vez puesto en marcha, el sistema se ajusta a distintos perfiles y contenidos. Y, lo más importante, consigue que la formación deje de ser algo que se recibe y pase a ser algo que se vive.
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